En el programa 48 Horas, el Detective de la Florida, Tommy Ray orgullosamente presume a una audiencia nacional estadounidense la forma en que pagó a oficiales de la policía ecuatoriana $1 por hora para que capturen y le entreguen a Nelson Serrano. Que la Embajada de los Estados Unidos en Quito, Ecuador insistió en que él y el abogado asistente de distrito Paul Wallace regresen a casa sin su sospechoso. Que estaban dispuestos a "no volver sin él". Él pasó de una oficina del gobierno a otra en busca de alguien que le puede ayudar, y el tipo de ayuda que estaba buscando la encontró. El Agente de la DEA, Hudson, y el coronel de la Policía Nacional Pastor Peñaherrera, lo pusieron en contacto con el Intendiente de Policía, Victor Hugo Olmedo. 

Bajo juramento y órdenes del juez de dar nombres, Ray testificó a regañadientes una historia ligeramente diferente, donde el coronel Pastor fue pagado $300 dólares, supuestamente para contratar a estos agentes fuera de servicio. 

En consecuencia, Nelson Serrano, en contra de todas las leyes ecuatorianas, del EE.UU., y las leyes internacionales, fue raptado por oficiales de la policía nacional y mantenido de la noche a la mañana en el aeropuerto en una jaula de perro hasta ser entregado a Wallace y Ray a la mañana siguiente, un domingo, antes de las 7 de la mañana para ser transportado a la Florida en un vuelo de American Airlines sin pasar por ningún proceso de inmigración. 

 

El Intendente General de Policía de esa época, Dr. Víctor Hugo Olmedo Cabrera, solicita que se emita la boleta de encarcelamiento el 31 de agosto del 2002 a las 17H10. Sin embargo, dicha boleta está fechada 30 de agosto, es decir, UN DÍA ANTES. Al respecto la Procuraduría sostiene que debe ser un error de digitación. Curiosamente, el Policía Nacional Luis Moreno Guerrero informa a las 15H15 del 31 de agosto al Señor Director Nacional de Migración que ya se ha detenido al Sr. Serrano, o sea, la captura se reporta casi 2 horas ANTES de que se solicite la emisión de la boleta. ¿Será otro error de digitación? Al Sr. Serrano se lo mantuvo incomunicado, sin permitirle contactar a su abogado, violando su elemental derecho a la defensa. Se le asigna un defensor público, a pesar de su oposición y de contar con los medios para pagar su propio abogado, sin permitirle hablar con su familia, sin su derecho de un proceso legal. En pocos minutos se lo enjuicia y sentencia, luego de lo cual es trasladado al aeropuerto y todo esto sucede a una velocidad digna de mejores causas, nada común para un proceso jurídico en Ecuador y en cualquier país del mundo, y por si fuera poco, durante un fin de semana. En condiciones inhumanas cuando es mantenido en una jaula para animales hasta su deportación el día siguiente. Todo este proceso ilegal de deportación, que en realidad más se configura como un secuestro, fue presentado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quienes el 2 de noviembre del 2005 aprobaron el informe de admisibilidad de este caso, cuyo demandado es el Estado Ecuatoriano representado eficientemente en las fechas indicadas por tan ágiles funcionarios, que al posesionarse en sus cargos juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución y la Ley, o ser demandados en caso contrario. 

Mire este reporte aquí:
http://www.cidh.oas.org/annualrep/2005sp/Ecuador191.03sp.htm

Ahora el ex-Intendente afirma algunas cosas muy interesantes:

 

Que él no sabía del proceso que se estaba siguiendo en Florida contra el Sr. Serrano, sin embargo en su sentencia indica claramente lo contrario.

 

Que la detención y el juzgamiento del Sr. Serrano fueron hechos en la misma forma que ya se había procedido antes contra otros extranjeros. ¿Cuándo se ha visto en Ecuador que para detener a extranjeros indocumentados la Policía monte un operativo con varios agentes armados, encapuchados y protegidos con chalecos anti-balas; que vayan justamente tras el Sr. Serrano, o sea, no como parte de un operativo regular de revisión de papeles?

 

Este ex-funcionario nos debe dar muchas explicaciones. 


               Análisis Jurídico detallado por el Dr. Edgar Terán